martes, 17 de septiembre de 2013

Falleció el cineasta cubano Daniel Díaz Torres


Todos los amantes del cine cubano lamentamos el fallecimiento de Daniel Díaz Torres, quien murió en la madrugada del 16 de septiembre de 2013. Director de filmes antológicos de la cinematografía cubana como Alicia en el pueblo de Maravillas (1991) y la recientemente estrenada La película de Ana (2012). 
Díaz Torres nació el 31 de diciembre de 1948. Inició su labor como documentalista en 1975 y poco después realiza casi un centenar de ediciones del Noticiero ICAIC Latinoamericano entre 1977 y 1981. Su debut como realizador de largometrajes tiene lugar en 1984 con el filme Jíbaro. Salta a la notoriedad internacional con la sátira y polémica Alicia en el pueblo de Maravillas (1991).
El crítico de cine Juan Antonio García Borrero comentó este lunes en su blog Cine cubano, la pupila Insomne (http://cinecubanolapupilainsomne.wordpress.com)
“Para mí se ha ido de este mundo uno de los cubanos que más pasión ponía a la hora de rodar, pero también a la hora de hablar sobre sus proyectos, y en sentido general, sobre el cine y la vida”. “Imposible no quedar marcado por su verbo dinámico, por su voz resonante, cuando nos enfrascábamos en cualquier tipo de conversación. Ahora mismo estoy sencillamente anonadado con la noticia. No encuentro palabras lúcidas capaces de expresar lo que siento. Llegue a su familia todo mi apoyo espiritual”.
Díaz Torres se graduó en 1970 de Ciencias Políticas, en la Universidad de La Habana. Comenzó a trabajar en el Centro de Información Cinematográfica del ICAIC, en 1968, como crítico de cine para periódicos y revistas nacionales, entre ellas la revista Cine Cubano. Participó en la Dirección de Seminarios sobre Cine en la Universidad de La Habana e impartió talleres cinematográficos en distintos países.
En 1975, realizó su primer documental como director: Libertad para Luis Corvalán. Desde ese año, y hasta 1981, ocupó el cargo de Subdirector del Noticiero ICAIC Latinoamericano. En ese periodo realizó 90 emisiones del espacio semanal que dirigía Santiago Álvarez.  
Como asistente de dirección trabajó bajo las órdenes de Manuel Octavio Gómez (Los días del agua, 1971); Oscar Valdés (Muerte y vida en el Morrillo, 1971); Manuel Pérez Paredes (El Hombre de Maisinicú, 1973); Sara Gómez (De cierta manera, 1974); Enrique Pineda Barnet (Mella, 1975); y Rogelio París (La Batalla de Jigüe, 1976).
Su debut como realizador de largometrajes tiene lugar en 1984 con el filme Jíbaro; su siguiente obra de ficción fue "Otra mujer" (1986), una comedia "retro" con guión del cineasta Jesús Díaz y fotografía de Raúl Pérez Uretra, quien lo acompañó en varias de sus más conocidas películas.
Sin embargo, alcanza su madurez como realizador con la polémica comedia de humor negro Alicia en el pueblo de Maravillas. Una cinta controvertida que pocas veces ha sido exhibida en la isla. Completan su filmografía: Otra mujer (1986), Quiéreme y verás (1994), Kleines Tropicana (1997), Hacerse el sueco (2000), Camino al Edén (2006, Lisanka (2009), y La película de Ana (2012).
Su debut como realizador de largometrajes se produjo con la cinta Jíbaro (1982), Su último filme, estrenado en el XXXIV Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano (FINCL), fue la gran ganadora del certamen, al alzarse con los Premios Corales de Guión –Eduardo del Llano y Daniel Díaz Torres– y Actuación Femenina –Laura de la Uz–; además del Premio de Distribución de Amazonia Films.
Parece ser la película donde mejor cuajaron las características de su cine, donde la comedia, la ironía y el humor fueron constantes junto a la representación de la realidad cubana y a la preocupación por el sometido a sus circunstancias. Al respecto explicaba: “Me cuesta motivarme con tramas sólo concebibles dentro de lo patético y lo trágico, sin esa posibilidad distanciadora y que tanto hace participar la actitud inteligente y redentora del humor, que para mí es cualidad esencial de la inteligencia y que nunca identifico con la burla, el chiste fácil y la superficialidad vodevilesca o vulgaridades seudoinfantiloides. Evitar todo esto en una obra que pretenda un rigor y una dimensión artística en los amplísimos márgenes del género comedia es más difícil de lo que parece. Y por eso para mí vale la pena asumir ese reto”.
La presencia de protagónicos femininos es otra constante en sus títulos. Sobre este apartado comentó: “los personajes femeninos se ven confrontados de manera más dramática y compleja ante conflictos que en apariencia resolvería con menos obstáculos emocionales y físicos un protagonista masculino. Todos los prejuicios de ‘fragilidad’ y supuesta ‘mayor debilidad’ de la mujer pesan inconscientemente en concepciones más o menos acendradas del imaginario popular colectivo. Y por eso la mayoría de mis películas tienden a tener personajes femeninos”.
Así lo recordamos hoy y siempre, lleno de arte y de futuro; con su voz potente y gesticulación continua: “Curiosamente, la próxima película que tengo en mente, Los buenos demonios, no será así. Lo que quiere decir que no trato de encasillarme a priori en este asunto. Las historias lo motivan a uno por diferentes causas y en mi caso casi siempre serán historias donde de alguna forma esté presente al menos un sesgo irónico, aunque pueda ser duro y amargo, como en el que espero sea mi siguiente filme”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario